lunes, 23 de marzo de 2009

LA SAETA: UNA SIMBIOSOS DE AMOR Y CANTE


La saeta, cante típico de máxima explosión de sentimientos desgarradores. En Semana Santa es cuando surgen en el viento las notas de amor, de sentimiento y de emoción contenida..., es la semana de mayor devoción y fervor, dónde se nos despierta el alma en la incipiente y florida primavera...., siempre igual y siempre diferente.
Las notas de melancolía surcan los aires frescos primaverales. La saeta es puro sentimiento, la voz desgarradora penetra en lo más íntimo de nuestros sentimientos. Pasión y cante, saeta y voz, simbiosis de amor, silencios rotos..., poema de emoción contenida, espiritualidad cautivadora..., todo puro sentimiento. El cantante de saetas, expresa sentimientos y con su voz penetrante llega a los corazones. La letra que cantan es pura elegía, sea a Jesús, sea a una Virgen, siempre el actor les hace llegar notas de pasión. Estremecedoras letras que resume el sentimiento que muestran a su Cristo y a su Virgen. Todo un poema de sentimiento se introduce en nuestras entrañas, allí desde lo más escondido, el cantautor nos hace sentir emociones encontradas. Jesús Nazareno, tiene la suerte de recoger poemas desgarradores en su emotiva saeta.

Todos los Viernes Santos, Paco Sánchez, Almudena y a veces el Tato, desgranan notas de amor a nuestros Titulares. Saetas emotivas, sentidas y penetrantes. Sus voces desgarradoras resuenan en la plaza, dónde se juntan devotos, penitentes y ubetenses madrugadores que en silencio recogen las notas cálidas, llenas de sentimiento y pasión. Un año tras otro año, ellos inrumpen el silencio matinal del amanecer morado, para regalarle a Jesús de las Aguas. al Señor de Úbeda bellos poemas de amor que apuñalan nuestra alma. La voz desgarra la cúpula del silencio y despierta sentimientos dormidos. Enhorabuena amigos, por hacernos soñar, por hacernos mejores, por hacernos niños, por llenar de amor y sentimiento nuestro corazón. Una paz de gozo espiritual, impregna nuestra alma pecadora. Por ello digo, que la saeta y la voz son simbiosis de amor. Simbiosis de esperanza y de gozo espiritual.