viernes, 16 de mayo de 2008

CRUCES Y PROMESAS EN LA PROCESIÓN DEL PASO



José Ruiz Quesada

Desde hace más de cuatrocientos años la procesión del Paso ha despertado un profundo sentimiento en el pueblo de Úbeda. Una larga fila de penitentes morados acompaña a Jesús y a la Virgen, y detrás de ellos, le siguen cientos de hermanos y devotos cumpliendo una promesa. Mujeres y hombres en el anonimato portan cruces de madera cumpliendo una promesa sagrada en su misión.
Estas gentes que con fe verdadera portaban dichas cruces, eran denominadas desde antaño “penitronchas”, estas fueron muy numerosas en el siglo pasado. En todos los zaguanes y portales de las casas había una cruz colgada en la pared. Ésta, todos los Viernes Santos era llevada por los devotos en cumplimiento de una promesa a Jesús en la procesión del Paso; la procesión más antigua y genuina de todas las que conforman la Semana Santa ubetense.
Costumbre muy arraigada en Úbeda y de la más pura tradición, ésta parece ser que tenía raíces medievales..., pero de cualquier forma hoy en día es una forma más de procesionar por las calles renacentistas de nuestra ciudad acompañando a Jesús, Señor de las Aguas. A esta procesión nazarena en la madrugada morada, le sigue escoltando largas filas de devotos, que portando cruces y velas cumplen promesas hechas al Nazareno de Úbeda.
Hoy acompañan menos cruces, aunque a decir verdad siguen saliendo en la madrugada del Viernes Santo cientos de devotos con velas y descalzos. Pido desde estas páginas que esta tradición tan genuina nuestra no se pierda en el fragor del tiempo, y siga siendo una seña más de identidad de la procesión del Paso; la procesión de Jesús de las Aguas.

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