lunes, 4 de agosto de 2008

RECUERDO DE AQUEL LEJANO 1970



José Ruiz Quesada

Aquel lejano año de 1970, ¿cómo lo recuerdo?, estudiaba 3º de Oficialía Industrial de la Rama Eléctrica y especialidad Instalador Montador en la extinta Escuela de Maestría Industrial -hoy IES los Cerros-. Aquel día decidimos todos los compañeros de estudios irnos de campo, con unos bocadillos preparados y unas botas de vino, empezamos a caminar por la calle Valencia -la calle con más tradición alfarera de nuestra ciudad-, y así llegamos hasta la fuente de la Alameda, que por aquel entonces corría tres caños de abundante y rica agua -hoy prácticamente no sale agua nada más que de un caño y dicen que algo contaminada-. Allí nos hicimos unas fotografías de recuerdo, se pueden ver en ellas a Ángel Campos, Ricardo Morales, Gonzalo Pulpillo, Juan Palacios, Luis Martínez, Donato Palomares, Juan Miguel Valdivia, José Torrecillas, Pedro Crespo, Antonio Barceló, Diego Díaz-Cano y yo entre ellos.
Seguidamente y cruzando la carretera de Torreperogil nos trasladamos al Convento de Madre de Dios del Campo, en otra época de amplia actividad y que por aquella fecha estaba en ruinas, hoy está aún peor, puesto que el expolio y la dejadez de los dirigentes políticos han dejado el lugar en un solar, prácticamente nada queda en pie; sólo queda algo de la fachada, la cúpula del altar y algunas paredes.
Repito, en aquel año de 1970 había bastantes paredes en pie y techos completos, las ventanas que daban a la nave central del Convento tenían unos escudos heráldicos, hoy no queda nada de aquello.
Volviendo al tema principal, diré que la excursión resultó bastante entretenida y alegre, hoy aún la recuerdo como si fuese ayer, entre cuentos, chistes, vino de la bota y los bocadillos se pasó la tarde y ya sobre las 20 horas retomamos el camino de regreso a Úbeda, por la carretera antigua de Torreperogil y caminando llegamos a nuestro centro de partida. Hoy toda la Avenida de la Libertad está poblada de edificaciones modernas, en aquella fecha eran viñas de las tierras de don Julián Fernández Campos y don Manuel Fernández Peña -sobrino suyo y alcalde que fue de nuestra ciudad-.
La fotografía que acompaña el artículo se ven en la fuente de la Alameda -subidos y bebiendo vino con la bota-, a los amigos y compañeros de curso: -de izquierda a derecha- Ángel Campos con la bota, Antonio Briones, Ricardo Morales, Gonzalo Pulpillo, yo el autor de este artículo, Luis Martínez con la cabecilla asomando, Donato Palomares bebiendo con la bota, Ignacio Poveda, Diego Díaz-Cano y Juan Miguel Valdivia con otra bota de vino en la mano. De los veinte y tantos alumnos que estudiábamos el citado curso 3º de Oficialía, pasamos a estudiar 1º de Maestría Industrial, dieciocho alumnos y así cursamos el siguiente curso 2º los mismos, y terminando los dieciocho compañeros, dieciséis en junio y dos en septiembre -después de superar la Reválida de Maestría, antes estuvimos que superar la Reválida de Oficialía-.

¿Cómo ha cambiado todo?..., la ciudad está irreconocible, donde está Carrefour estaba el antiguo campo de fútbol de San Miguel y toda la Avenida de Linares eran solares y campo de siembras -frente al citado campo había unas viñas- y en la acera del campo de fútbol estaban las casas de belén -casas dónde vivían gente humilde- y continuando la acera estaba el solar de Sola y su caserío, aún recuerdo unos pavos reales preciosos y unos jardines amplios y bonitos -hoy está lleno de bloques de pisos formando parte de ello la calle Granada y alrededores-. La evolución y el progreso han hecho de Úbeda un ciudad importante y grande, aunque el casco antiguo sigue igual que antaño, por ello el tres de julio de 2003 la UNESCO proclamó a Úbeda junto a la vecina Baeza, ciudades Patrimonio de la Humanidad, conservemos el pasado y mejoremos el presente.

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