José Ruiz Quesada
Joan Laporta actual Presidente del F. C. Barcelona está pasando por una etapa crispada en la soledad de su cargo. Cuando se está en un cargo de máxima responsabilidad, hay que ser consecuente con él y saber cuándo se está de más, cuando a uno no le quieren, hay que ser valiente y dejar el cargo. Cuando se depende de resultados deportivos, el cargo tiene un inconveniente y el Presidente lo mismo está en la cresta, que después se encuentra en el fondo de la popularidad, y la ira de los aficionados cargan con la cabeza visible del club, que es el Presidente. Joan Laporta fue elegido democráticamente para presidir el F. C. Barcelona y está en su derecho marcharse cuando le indique sus Estatutos. Pero una cosa es la ley y otra muy diferente es la presión mediática y la afición, que en definitiva es la que manda. A veces esta -la afición-, es muy injusta y no reconoce los buenos momentos o los olvida muy pronto. Cuando Joan Laporta y su Junta consiguieron la Copa de Europa, todo era parabienes y Laporta el mejor Presidente, cuando los resultados no acompañan, el Presidente es un cero a la izquierda y debe de marcharse. ¿qué injusta en la afición? ¿Y que pronto olvidan los éxitos? Repito, una cosa el la legalidad y el Sr. Laporta está en su derecho de seguir dirigiendo la entidad barcelonista y otra cosa es no darse cuenta, que después de sufrir una derrota sin paliativos en el voto de censura, querer amarrarse a la estricta legalidad y no reconocer que los mismos aficionados que le encumbraron a la cima del poder deportivo, son los mismos que le pidieron que se marcharse. Personalmente yo me hubiese marchado.
Su gestión puede decirse que ha sido buena, a excepción de no saber parar a tiempo las incorrecciones de su estrella brasileña. Tenía en el Madrid un referente con los galácticos, y no supo actuar a tiempo. Ese fue su error, que le llevará casi sin querer, a tener que dejar el cargo, ocho directivos se le han marchado, y se encuentra cada vez más sólo y acorralado. Yo sé, que lo que está esperando es que vuelva la Liga, que los resultados le acompañen y la gente se olvide, el único inconveniente que yo personalmente encuentro, es que después de renovar a la plantilla -entrenador incluido-, los resultados no lleguen pronto y los pañuelos empiecen a florear, entonces no tendrá más remedio que dejar el cargo, y mucho me temo, que entonces no aguantará ni el entrenador, pues su poca experiencia le puede perjudicar. No es lo mismo entrenar en 2ª B, que hacerlo en un equipo de primer nivel y exigencia como es el F. C. Barcelona.
De todas formas, no es justo que todos los aficionados carguen contra Laporta y se olviden de sus éxitos tan pronto; cuando consiguió dos Ligas de fútbol y la Champions... Pero, como el mundo es un pañuelo y “dónde las dan, las toman”, Juan Laporta se hizo con el cargo arremetiendo contra el Presidente que había por aquel entonces -Joan Gaspar-, a través de la plataforma “Elefant Blue”, ahora otra fuerza exterior está apunto de derrocarlo. Así es la vida, estamos ante la soledad de un Presidente.
Joan Laporta actual Presidente del F. C. Barcelona está pasando por una etapa crispada en la soledad de su cargo. Cuando se está en un cargo de máxima responsabilidad, hay que ser consecuente con él y saber cuándo se está de más, cuando a uno no le quieren, hay que ser valiente y dejar el cargo. Cuando se depende de resultados deportivos, el cargo tiene un inconveniente y el Presidente lo mismo está en la cresta, que después se encuentra en el fondo de la popularidad, y la ira de los aficionados cargan con la cabeza visible del club, que es el Presidente. Joan Laporta fue elegido democráticamente para presidir el F. C. Barcelona y está en su derecho marcharse cuando le indique sus Estatutos. Pero una cosa es la ley y otra muy diferente es la presión mediática y la afición, que en definitiva es la que manda. A veces esta -la afición-, es muy injusta y no reconoce los buenos momentos o los olvida muy pronto. Cuando Joan Laporta y su Junta consiguieron la Copa de Europa, todo era parabienes y Laporta el mejor Presidente, cuando los resultados no acompañan, el Presidente es un cero a la izquierda y debe de marcharse. ¿qué injusta en la afición? ¿Y que pronto olvidan los éxitos? Repito, una cosa el la legalidad y el Sr. Laporta está en su derecho de seguir dirigiendo la entidad barcelonista y otra cosa es no darse cuenta, que después de sufrir una derrota sin paliativos en el voto de censura, querer amarrarse a la estricta legalidad y no reconocer que los mismos aficionados que le encumbraron a la cima del poder deportivo, son los mismos que le pidieron que se marcharse. Personalmente yo me hubiese marchado.
Su gestión puede decirse que ha sido buena, a excepción de no saber parar a tiempo las incorrecciones de su estrella brasileña. Tenía en el Madrid un referente con los galácticos, y no supo actuar a tiempo. Ese fue su error, que le llevará casi sin querer, a tener que dejar el cargo, ocho directivos se le han marchado, y se encuentra cada vez más sólo y acorralado. Yo sé, que lo que está esperando es que vuelva la Liga, que los resultados le acompañen y la gente se olvide, el único inconveniente que yo personalmente encuentro, es que después de renovar a la plantilla -entrenador incluido-, los resultados no lleguen pronto y los pañuelos empiecen a florear, entonces no tendrá más remedio que dejar el cargo, y mucho me temo, que entonces no aguantará ni el entrenador, pues su poca experiencia le puede perjudicar. No es lo mismo entrenar en 2ª B, que hacerlo en un equipo de primer nivel y exigencia como es el F. C. Barcelona.
De todas formas, no es justo que todos los aficionados carguen contra Laporta y se olviden de sus éxitos tan pronto; cuando consiguió dos Ligas de fútbol y la Champions... Pero, como el mundo es un pañuelo y “dónde las dan, las toman”, Juan Laporta se hizo con el cargo arremetiendo contra el Presidente que había por aquel entonces -Joan Gaspar-, a través de la plataforma “Elefant Blue”, ahora otra fuerza exterior está apunto de derrocarlo. Así es la vida, estamos ante la soledad de un Presidente.
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