José Ruiz Quesada
Hay novelas que son pura ficción y otras que tienen de base la realidad tomando ejemplos de la vida misma o historias verdaderamente reales. En otras se entremezclan la realidad y la ficción, y es difícil conocer la verdadera realidad y poder separar ambas. En la magnífica novela de nuestro paisano Antonio Muñoz Molina, “Los misterios de Madrid” -por conocer las vivencias y situaciones vividas en la ciudad y la del autor-, he podido diferenciar la ficción de la realidad.
Este es el tema de reflexión que he tomado hoy. La realidad es el momento, es la hora de la narración, así como las situaciones de los personajes..., : “pies descalzos y sus capirotes”, con sus “rumor de oraciones y suspiros”; la hora del momento, “las siete”; y circunstancias materiales de la acción, “las velas moradas aún ardían en el interior de las tulipas de los penitentes” y “el olor de cera y del humo se confundía en el frío aire matinal”; y la antigüedad de la historia de la acción, “desde hace más de cuatro siglos”. Todas las situaciones mencionadas están sacadas fidedignamente de la más pura realidad de lo que se vive en Úbeda en la madrugada del Viernes Santo con la salida de Jesús por la puerta de la Consolada, madrugada morada de la cofradía con más de cuatro siglos de existencia y las vivencias de los fieles y cofrades.
La ficción en la novela se puede ver en los nombres que ha cambiado, como: “el Santo Cristo de la Greña”, que en realidad se estaba refiriendo a Nuestro Padre Jesús Nazareno, la iglesia “el Salvador” por la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, la ciudad donde se desarrolla la acción “Mágina” es la actual Úbeda y el día de la procesión “Jueves Santo” es el Viernes Santo mencionado.
Estas son las realidades y las ficciones de esta narración de la novela cuyo Capítulo XXVIII titulado: ALGÚN TIEMPO DESPUÉS, viene narrado textualmente así:
... “Apuntaba el amanecer del Jueves Santo en la plaza de Vázquez de Molina. Faltaban unos minutos para que sonaran en el reloj del Salvador las campanadas de las siete, pero las majestuosas puertas herradas ya empezaban a abrirse, y un devoto rumor de oraciones y emocionados suspiros sobrevolaba como una brisa matinal a la madrugadora multitud congregada en los balcones y en las aceras de la plaza, en medio de la cual se había formado la doble fila de los penitentes del Santo Cristo de la Greña, con sus túnicas violeta, sus pies descalzos y sus capirotes de raso negro, a los que en Mágina llamamos capiruchos. Muy pronto, justo cuando el trono empezara a salir y sonaran solemnemente las siete campanadas, el primer rayo de sol descendería sobre el bajorrelieve renacentista de la Transfiguración que orna la portada de la iglesia. Pero las velas moradas aún ardían en el interior de las tulipas de los penitentes, otorgando a sus caras tapadas una claridad espectral, y el olor de la cera y del humo se confundía en el frío aire matinal con el que brotaba de los incensarios de plata.
Toda Mágina, sin distinción de ideologías, edades, de clases ni de credos, había madrugado, como cada Jueves Santo desde hace más de cuatro siglos, para presenciar la salida del Cristo de la Greña.”...
Antonio Muñoz Molina. “Los misterios de Madrid”.Seix Barral.1992
Esta novela corta está desarrollada entre las ciudades de Úbeda y Madrid, es muy amena y entretenida, con intrigas, asesinatos, robo de una imagen, etc... que les animo a leerla, si no lo han hecho antes. Los ubetenses amantes de nuestras tradiciones enseguida encontraremos y distinguiremos la realidad de la ficción.
Hay novelas que son pura ficción y otras que tienen de base la realidad tomando ejemplos de la vida misma o historias verdaderamente reales. En otras se entremezclan la realidad y la ficción, y es difícil conocer la verdadera realidad y poder separar ambas. En la magnífica novela de nuestro paisano Antonio Muñoz Molina, “Los misterios de Madrid” -por conocer las vivencias y situaciones vividas en la ciudad y la del autor-, he podido diferenciar la ficción de la realidad.
Este es el tema de reflexión que he tomado hoy. La realidad es el momento, es la hora de la narración, así como las situaciones de los personajes..., : “pies descalzos y sus capirotes”, con sus “rumor de oraciones y suspiros”; la hora del momento, “las siete”; y circunstancias materiales de la acción, “las velas moradas aún ardían en el interior de las tulipas de los penitentes” y “el olor de cera y del humo se confundía en el frío aire matinal”; y la antigüedad de la historia de la acción, “desde hace más de cuatro siglos”. Todas las situaciones mencionadas están sacadas fidedignamente de la más pura realidad de lo que se vive en Úbeda en la madrugada del Viernes Santo con la salida de Jesús por la puerta de la Consolada, madrugada morada de la cofradía con más de cuatro siglos de existencia y las vivencias de los fieles y cofrades.
La ficción en la novela se puede ver en los nombres que ha cambiado, como: “el Santo Cristo de la Greña”, que en realidad se estaba refiriendo a Nuestro Padre Jesús Nazareno, la iglesia “el Salvador” por la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares, la ciudad donde se desarrolla la acción “Mágina” es la actual Úbeda y el día de la procesión “Jueves Santo” es el Viernes Santo mencionado.
Estas son las realidades y las ficciones de esta narración de la novela cuyo Capítulo XXVIII titulado: ALGÚN TIEMPO DESPUÉS, viene narrado textualmente así:
... “Apuntaba el amanecer del Jueves Santo en la plaza de Vázquez de Molina. Faltaban unos minutos para que sonaran en el reloj del Salvador las campanadas de las siete, pero las majestuosas puertas herradas ya empezaban a abrirse, y un devoto rumor de oraciones y emocionados suspiros sobrevolaba como una brisa matinal a la madrugadora multitud congregada en los balcones y en las aceras de la plaza, en medio de la cual se había formado la doble fila de los penitentes del Santo Cristo de la Greña, con sus túnicas violeta, sus pies descalzos y sus capirotes de raso negro, a los que en Mágina llamamos capiruchos. Muy pronto, justo cuando el trono empezara a salir y sonaran solemnemente las siete campanadas, el primer rayo de sol descendería sobre el bajorrelieve renacentista de la Transfiguración que orna la portada de la iglesia. Pero las velas moradas aún ardían en el interior de las tulipas de los penitentes, otorgando a sus caras tapadas una claridad espectral, y el olor de la cera y del humo se confundía en el frío aire matinal con el que brotaba de los incensarios de plata.
Toda Mágina, sin distinción de ideologías, edades, de clases ni de credos, había madrugado, como cada Jueves Santo desde hace más de cuatro siglos, para presenciar la salida del Cristo de la Greña.”...
Antonio Muñoz Molina. “Los misterios de Madrid”.Seix Barral.1992
Esta novela corta está desarrollada entre las ciudades de Úbeda y Madrid, es muy amena y entretenida, con intrigas, asesinatos, robo de una imagen, etc... que les animo a leerla, si no lo han hecho antes. Los ubetenses amantes de nuestras tradiciones enseguida encontraremos y distinguiremos la realidad de la ficción.
-La foto que acompaña el artículo es del libro cuestionado y que Antonio Muñoz me dedicó en la casa de sus padres en Úbeda de la Plaza de San Lorenzo, en mayo del año 2001-.
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ResponderEliminarThank you!
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Gracias amigo mberenis por pasar y dejar tu comentario...,
ResponderEliminarsaludos José