José Ruiz Quesada
Jesús de las Aguas, el Señor de Úbeda hace estremecer los cimientos de una devoción popular. Jesús cala en el fondo del corazón de los ubetenses..., ¿qué es lo que les llena y les hace sentir esa pasión por Jesús Nazareno?..., no tiene explicación ni razonamiento físico y matemático, ni lógica alguna, pero es un sentimiento tan puro y tan dentro de los ubetenses, que les hace ir todos los Viernes Santos a contemplarlo y verlo cruzar el umbral de la Consolada; ese es un momento genuino y único en la Ciudad cuna del Renacimiento. Jesús irradia un magnetismo poético, que les hace ver y oír la llamada del amanecer morado.
Todos, hombres y mujeres de toda índole social, mayores y jóvenes, se sienten cautivados por la presencia de Jesús, todo un pueblo es el que siente la pasión por Jesús. Repito, ¿qué tiene Jesús para despertar esos sentimientos llenos de pureza?... La tradición viene de lejos, el pertenecer a la Hermandad de Jesús y ser llamados “hermanos de Jesús” es un sentimiento y un orgullo. Todos sin excepción se sienten orgullosos de ser integrantes de esta antigua Cofradía.
Desde hace más de cuatrocientos años, los hijos de Úbeda siempre han sentido un especial arraigo hacía Jesús; la procesión del Paso ha despertado un sentimiento singular en todos ellos, y estos como si de un ejército se tratara se unen en la sin par Plaza Vázquez de Molina para contemplar el milagro mágico de la salida de Jesús por la vetusta Consolada...
Jesús emana un magnetismo poético hacia sus hijos de Úbeda, estos quedan atrapados en el patetismo de su bello Rostro. Imagen venerada que esculpiera nuestro comprovinciano don Jacinto Higueras Fuentes allá por el año de 1941, ésta imagen estremecedora sustituyó a una antigua que se veneraba en el convento de San Andrés, templo regido por los Padres Dominicos de la Orden de Predicadores, estos hermanos religiosos gobernaban espiritualmente a la Antigua Cofradía del Dulce Nombre de Jesús... allá por el 1577 y siguientes.
Repito, Jesús es la pasión de todo un pueblo, pueblo que vive con fervor al amparo de Él.
Jesús de las Aguas, el Señor de Úbeda hace estremecer los cimientos de una devoción popular. Jesús cala en el fondo del corazón de los ubetenses..., ¿qué es lo que les llena y les hace sentir esa pasión por Jesús Nazareno?..., no tiene explicación ni razonamiento físico y matemático, ni lógica alguna, pero es un sentimiento tan puro y tan dentro de los ubetenses, que les hace ir todos los Viernes Santos a contemplarlo y verlo cruzar el umbral de la Consolada; ese es un momento genuino y único en la Ciudad cuna del Renacimiento. Jesús irradia un magnetismo poético, que les hace ver y oír la llamada del amanecer morado.
Todos, hombres y mujeres de toda índole social, mayores y jóvenes, se sienten cautivados por la presencia de Jesús, todo un pueblo es el que siente la pasión por Jesús. Repito, ¿qué tiene Jesús para despertar esos sentimientos llenos de pureza?... La tradición viene de lejos, el pertenecer a la Hermandad de Jesús y ser llamados “hermanos de Jesús” es un sentimiento y un orgullo. Todos sin excepción se sienten orgullosos de ser integrantes de esta antigua Cofradía.
Desde hace más de cuatrocientos años, los hijos de Úbeda siempre han sentido un especial arraigo hacía Jesús; la procesión del Paso ha despertado un sentimiento singular en todos ellos, y estos como si de un ejército se tratara se unen en la sin par Plaza Vázquez de Molina para contemplar el milagro mágico de la salida de Jesús por la vetusta Consolada...
Jesús emana un magnetismo poético hacia sus hijos de Úbeda, estos quedan atrapados en el patetismo de su bello Rostro. Imagen venerada que esculpiera nuestro comprovinciano don Jacinto Higueras Fuentes allá por el año de 1941, ésta imagen estremecedora sustituyó a una antigua que se veneraba en el convento de San Andrés, templo regido por los Padres Dominicos de la Orden de Predicadores, estos hermanos religiosos gobernaban espiritualmente a la Antigua Cofradía del Dulce Nombre de Jesús... allá por el 1577 y siguientes.
Repito, Jesús es la pasión de todo un pueblo, pueblo que vive con fervor al amparo de Él.
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