José Ruiz Quesada
Un año después, nuevamente se ha proclamado el Real madrid por segunda vez consecutiva, campeón de la Liga. A pesar del cansancio propio de las celebraciones pertinentes, los discípulos de Schuster han goleado a los blaugranas. Los jugadores blancos jugaron a placer con los jugadores culés.
El Barça fue un juguete roto en manos del campeón. El 4-1 que reflejaba el marcador quedó corto para los méritos contraídos por el equipo merengue. El partido comenzó con el tan traído paseíllo, que después no fue todo lo ortodoxo que se requería, pues algunos juadores azulgranas no aplaudieron al campeón -Xavi y Abidal entre ellos-, limitándose a estar de pie y darse la mano en algunos momentos.
El gran Capitán Raúl -el 7 de España- fue el primero en inaugurar el marcador, después Robben nuevamente de cabeza e Higuaín -que acababa de salir- dejaron el marcador con 3-0 a favor de los madridistas. Cerró la cuenta el holandés Van Nistelrooy de penalty -que regresaba a los terrenos de juego después de una lesión, que le tenía apartado del equipo-. De forma anecdótica más que otra cosa, dejó el marcador final en 4-1, el francés Henry -minuto 87-.
Un final de Liga que seguramente nadie esperaba, puesto que a falta de dos jornadas el Madrid le saca al Barça 17 puntos, que para más inri no podrán ser segundos porque el Villarreal de Pellegrini acabarán siendo subcampeones pase lo que pase en estas dos jornada finales.
Enhorabuena a todos los madridistas, y a los culés les diré, que otro año será, pues este se marchó en blanco como la temporada pasada y que tengan suerte en la previa de la Champions.
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