José Ruiz Quesada
Hoy voy a hablar de los costaleros, personas encargadas de llevar imágenes a través de los tronos en las procesiones de Semana Santa. Antes eran hombres pagados, que por una cierta cantidad de dinero llevaban los pasos en su recorrido. Salvo en contadas ocasiones, estos hombres no sentían nada por las imágenes y por la Semana Santa, sólo hacían su trabajo, más o menos remunerado. En nuestra ciudad ocurría lo mismo, eran hombres rudos, la mayoría de ellos de baja condición social y sin cultura. Pero llegó un día y sus pretensiones económicas fueron desorbitadas y entonces surgieron los costaleros amantes de sus tradiciones, de sus Imágenes Titulares y así empezaron a entrar en los pasos. En Úbeda las andas fueron sustituidas por ruedas por dos motivos, uno porque los tronos eran más grandes y se necesitaban más personas que lo llevaran y otro por los salarios que se pagaban y era una parte importante del presupuesto de las procesiones.
De ahí surge la figura del costalero como hombre de profunda convicción. Hoy en pleno siglo XXI, los costaleros son hombres de profundos sentimientos, que quieren a su cofradía, y que por su Cristo o por su Virgen hacen todo tipo de esfuerzo y sacrificio.
Para mí personalmente, costalero es aquel que lleva mediante su esfuerzo a su Titular, a su Jesús o a su Santa Madre: la Virgen de su amores. Ese esfuerzo es realizado de distintas formas, en andas sobre el hombro o sobre la cerviz, o empujando el paso. Todos realizan un esfuerzo generoso digno de admiración. No hay costaleros de primera categoría y de segunda. Todos son iguales. En nuestra ciudad cada cofradía lleva a su Titular de diferente forma, los hay a ruedas y los costaleros empujan el trono -la mayoría de las hermandades como Jesús, Caída, Oración...-, los hay a costal llevando el paso sobre la cerviz -Sentencia-, los hay que los llevan sobre los hombros -Noche Oscura-, incluso una cofradía no lleva trono ni andas y lo llevan sobre los brazos y hombros de sus hermanos cofrades -Buena Muerte-. Yo personalmente he salido de diversa formas, todas las he conocido y experimentado a excepción de la cerviz. He empujado el trono -Borriquillo y Angustias-, a hombros -Columna, Noche Oscura-, sin trono ni andas -Buena Muerte-. En todas las ocasiones he experimentado una sensación intima y espiritual, un gozo interior me llenaba el corazón, en la gran mayoría de las ocasiones he rezado durante el recorrido. En la foto que acompaña el artículo he querido poner a costaleros de la Oración -van empujando-, porque muchos de ellos son amigos míos y son poco valorados su forma de llevar el paso, y también para reconocer su esfuerzo por dicho trabajo. Reiterando mi apreciación, todos son costaleros y todos merecen el reconocimiento por su entrega, su esfuerzo y su sacrificio, por todo ello el costalero es un hombre de profunda convicción.
Hoy voy a hablar de los costaleros, personas encargadas de llevar imágenes a través de los tronos en las procesiones de Semana Santa. Antes eran hombres pagados, que por una cierta cantidad de dinero llevaban los pasos en su recorrido. Salvo en contadas ocasiones, estos hombres no sentían nada por las imágenes y por la Semana Santa, sólo hacían su trabajo, más o menos remunerado. En nuestra ciudad ocurría lo mismo, eran hombres rudos, la mayoría de ellos de baja condición social y sin cultura. Pero llegó un día y sus pretensiones económicas fueron desorbitadas y entonces surgieron los costaleros amantes de sus tradiciones, de sus Imágenes Titulares y así empezaron a entrar en los pasos. En Úbeda las andas fueron sustituidas por ruedas por dos motivos, uno porque los tronos eran más grandes y se necesitaban más personas que lo llevaran y otro por los salarios que se pagaban y era una parte importante del presupuesto de las procesiones.
De ahí surge la figura del costalero como hombre de profunda convicción. Hoy en pleno siglo XXI, los costaleros son hombres de profundos sentimientos, que quieren a su cofradía, y que por su Cristo o por su Virgen hacen todo tipo de esfuerzo y sacrificio.
Para mí personalmente, costalero es aquel que lleva mediante su esfuerzo a su Titular, a su Jesús o a su Santa Madre: la Virgen de su amores. Ese esfuerzo es realizado de distintas formas, en andas sobre el hombro o sobre la cerviz, o empujando el paso. Todos realizan un esfuerzo generoso digno de admiración. No hay costaleros de primera categoría y de segunda. Todos son iguales. En nuestra ciudad cada cofradía lleva a su Titular de diferente forma, los hay a ruedas y los costaleros empujan el trono -la mayoría de las hermandades como Jesús, Caída, Oración...-, los hay a costal llevando el paso sobre la cerviz -Sentencia-, los hay que los llevan sobre los hombros -Noche Oscura-, incluso una cofradía no lleva trono ni andas y lo llevan sobre los brazos y hombros de sus hermanos cofrades -Buena Muerte-. Yo personalmente he salido de diversa formas, todas las he conocido y experimentado a excepción de la cerviz. He empujado el trono -Borriquillo y Angustias-, a hombros -Columna, Noche Oscura-, sin trono ni andas -Buena Muerte-. En todas las ocasiones he experimentado una sensación intima y espiritual, un gozo interior me llenaba el corazón, en la gran mayoría de las ocasiones he rezado durante el recorrido. En la foto que acompaña el artículo he querido poner a costaleros de la Oración -van empujando-, porque muchos de ellos son amigos míos y son poco valorados su forma de llevar el paso, y también para reconocer su esfuerzo por dicho trabajo. Reiterando mi apreciación, todos son costaleros y todos merecen el reconocimiento por su entrega, su esfuerzo y su sacrificio, por todo ello el costalero es un hombre de profunda convicción.
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